MI ULTIMO VALS PARA LUCHA REYES


Su voz existe. Lucha Reyes se encarna en Ernesto Pimentel

• Actor interpreta a personaje femenino que quiere encarnar a la legendaria lucha reyes. Canta en vivo en psicothriller de Richard Torres
Valeria Scottini.
¿Dónde estaría Lucha Reyes si viviera?, se pregunta Ernesto Pimentel mientras canta "Regresa" ataviado como Luisa Ballesteros, protagonista del más reciente psicothriller de Richard Torres, Mi último vals para Lucha Reyes, un original homenaje a la cantante criolla a través de una obra teatral.
Para ello, Ernesto se vuelve a vestir de mujer y, con su mejor traje, se convierte en una fémina al borde de la locura.
"Al inicio me negué porque ya estaba un poco cansado de hacer de gay o de mujer. Salvo mis personajes, como Zoila o La Chola Chabuca, quería hacer algo nuevo, pero cuando supe de qué trataba la historia me animé, ya que es un personaje que me permite construir y destruir al mismo tiempo", recalca el actor.
"Luisa Ballesteros es una mujer que se obsesiona y quiere ser como su ídolo, se encierra en su refugio e intenta ser cantante como ella, pero está loca y se descontrola. Lo hago como un homenaje a la gran artista", recalca el actor, adelantando que la obra logra transmitir miedo y angustia.
"Es una mujer extrema y llega al límite", agrega Ernesto, que participa en el montaje junto a Haydée Cáceres y Edith Tapia.
"Edith interpreta a Mercedes, quien es amiga de Luisa y por eso intenta sacarla de su encierro, mientras que Haydée es Maritza, la maldad personificada, y se aprovecha de los sueños de Luisa para beneficiarse", comenta el protagonista.
Ernesto, o Luisa Ballesteros, pondrá el toque musical a la puesta en escena, ya que el actor cantará en vivo siete fragmentos de temas que interpretó Lucha Reyes. Además, tendrán como cantante invitado a Jarén, quien se encarga de abrir el telón con un tema que popularizó Reyes interpretado a su estilo.
La obra tendrá cinco funciones en la casa cultural Drama (Mochileros de Barranco) mañana, el sábado y el próximo fin de semana a las nueve de la noche.

Fuente La Repùblica